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José Ney o la ciudad bajo la epidermis.(Texto para el proyecto de libro Percepción y Realidad) 2017.

Desde sus primeras exposiciones realizadas en La Habana hacia finales de los 80’s, José Ney dejó constancia de un tipo de acercamiento tangencial a la realidad, en una visión que evadía la obviedad del relato tradicional para adentrarse en las capas más sutiles del documento fotográfico. Series como Dialogo in mutis (1989-2000) o Los románticos ángeles de la tierra (1990-2000), esbozaron desde temprano un proyecto encaminado a definir al hombre común desde los nexos que lo vinculan a la trama urbana y lo construyen, en toda su complejidad, como ser colectivo y social.


En Los románticos ángeles de la tierra, Ney re-direcciona su cámara y apunta “en picada” a los pies de los transeúntes reunidos en grupos heterogéneos en diversos puntos de la capital. La posición y la gestualidad de los pies así como el tipo de calzado, generaban un juego fértil de asociaciones, estableciendo un verdadero coloquio de personajes “sin rostro” donde el espectador es invitado a reconstruir, no sólo la esencia de la conversación sino la singularidad de sus protagonistas. Curiosamente, esta lúdica del calzado y sus asociaciones -con sus cortes abruptos en el encuadre- funcionó como reconstrucción diacrónica de su época, aportando un conocimiento del hombre que nada debía al antropologismo tan de moda en la fotografía latinoamericana de aquellos años. Ney captó una zona sensible de la idiosincrasia urbana con sus encuentros y contradicciones, trazando al unísono, un paisaje social de aquellos años difíciles del “Período especial en Cuba”.


Pero si Los románticos ángeles de la tierra definía al citadino desde lo efímero y lo fortuito, Dialogo in mutis dejaba entrever que su entorno y su arquitectura, bien podían convertirse en aquel espejismo de lo “Real Maravilloso” que Alejo Carpentier descubrió en su visita a las ruinas de La Ferriere, en Haití. La ciudad que José Ney retrata se expresa y cobra vida desde su estatuaria, o desde las relaciones que estas establecen con los transeúntes. La Habana es una ciudad mágica desde la médula a la epidermis: un territorio donde lo barroco y sus intersecciones en el tiempo, fluyen hechizados hacia el lente del autor.


Desde entonces, José Ney ha seguido fotografiando con la misma pasión, conectando mundos y estableciendo nexos ahí donde otros ven contradicciones. Ya sea en España, en Centroamérica o en los Estados Unidos, su jornada de “Flaneur” lo ha llevado al arte en sus múltiples facetas y al hombre común expresado en el alfabeto de sus anhelos y sus fantasmas: un proyecto de espectro amplio, que oscila del documento vivo – secuestrado al instante-, a la composición abstracta y la fragmentación.

Willy Castellanos

Historiador del arte / Curador / Fotógrafo / Co-fundador de Aluna Art Foundation.

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